Sin menospreciar a artistas de mi tierra como Puig Roda, Castell, Adsuara y como no Ripollés, Picasso y Dalí me hicieron erizar el vello.
El Museo Reina Sofía me gustó, la verdad, sólo por ver el Guernica vale la pena entrar. Pero no es comparable al Prado. Me quedé con las ganas de entrar a la exposición de Sorolla, pero las entradas hacía semanas que se habían agotado.
En el Reina Sofía, puedes encontrarte obras de Miró y Juan Muñoz en los jardines, y de Dalí y Picasso, entre otros, en el interior.




Tenía capricho de comerme un cocido madrileño y el sábado lo sacié. Con vistas al Palacio de Oriente y a la Almudena, nos hicimos un reserva y un platito de buen queso. Nos salió por un ojo de la cara pero valió la pena.
Nos alojamos en un hotel en la calle Fuencarral que para el copeteo, es lo mejor.
Y para descansar de tan ajetreado finde, el domingo un paseo por el retiro.
Callejear por Preciados, del Carmen... o leerte el diario en la plaza Mayor, es mi debilidad.
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