Después, a Kike, el novio de Fatima, se le ocurre la brillante idea de ir al Bingo. No nos tocó nada de nada, pero con el pedo que llevábamos nos reímos un huev... Quemamos cartones, bebimos cubatas y más cubatas, pero cantar... no cantamos nada.
Y después partiditas de dardos y más cubatas en el único pub que vimos abierto. No quiero hacer ningún comentario al respecto de las partidas porque sentí impotencia y humillación. Este juego, los dardos, rompen las reglas de la física. Cuando más ciego vas, mejor juegas. Yo era el 4º jugador. Bueno, ganó Kike las dos partidas.
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