domingo, 4 de mayo de 2008

Domingo tras un puente

Cuando se juntan unos días de fiesta, me encanta viajar. El problema es que para ello hacen falta dos cosas: tiempo y dinero. Partiendo de que voy justo de lo segundo, trabajar el 2 de mayo me ha dejado sin lo primero. A pesar de esto, no me he quedado en casa.

Fui a pasar el día a Valencia, y en la playa de la Malvarrosa me comí un arroz a banda acompañado de unas tapitas “guenísmas”. Aunque en Castellón, afortunadamente, no tenemos nada que envidiar en cuanto a playas se refiere, en Valencia goza de una estupenda playa, aunque por motivos de obras, se forman unas colas impresionantes de acceso. Dejo un par de fotos que me hicieron gracias. Se entiende el por qué ¿no?


Otro día lo pasé en la Sierra Engarcerán, ayudando a podar olivos de la Masía que se ha comprado mi hermana Sofía. Menudo palizón de trabajar. Pero como recompensa ¡vaya comilona que nos pegamos de chuletas de cordero, pancetas, longanizas... con ajo-aceite!!!

Para rematar, el domingo comunión por parte de la familia que tengo en la capital del Turia. Panzá de comida otra vez!!!!!!!!!

A parte de comer y comer, hartarme de vinito tinto y fumarme unos cuantos puritos, no he hecho mucho más. Eso sí, he pillado unos colocones que paqué contar, y me he reido mucho.

Claro, ahora mismo estoy con un dolor de tripa impresionante.

No entiendo como tíos, hechos y derechos, se paseen por Castellón a las 24h de la noche tocando el claxon porque ha ganado una copa su equipo de fútbol. Y menos aún cuando el equipo no es el de tu ciudad.

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